primera excursión de la Escuela Juvenil de Montaña del Club Andino Bariloche. Subimos un cerro, atrás del Ventana, y que daba hacia el lago Gutiérrez.
Casi me morí! No tenía entrenamiento para subir montañas.
Recuerdo que cuando volví a casa le dije a mi padre que nunca más volvería a participar de las excursiones.
Dos semanas después, yo estaba de vuelta por iniciativa propia en el CAB, esperando que nos llevaran a la próxima excursión.
Nunca más en los cuatro años siguientes abandoné la montaña.
Llegué casi a convertirme en un ermitaño. Mi vida era el amor por la montaña.
Hice parte de la Escuela Juvenil y de la Comisión de Auxilio del CAB; crucé del López a Laguna Frías; me pasaba los veranos o en el campamento de La Lonja o en el refugio del López, ayudando a Sonntag y flia; iba a Chaluaco en esquíes a comienzos de la primavera; subí todos los picos y paredes del cerro López, con Hugo Jung y Vojslaw Arko; participé de una expedición al cerro Hielo Azul, en el Bolsón; subía el cerro Otto, casi todos los días cuando no había actividad del Clu, para verlo a Meiling y charlar durante horas con él sobre sus expediciones al Paine y al Hielo Continental.
Tengo el orgullo de haber desfilado con la Comisión de Auxilio, en la Fiesta Nacional de la Nieve, en plena calle Mitre, al lado de Otto Meiling, Manolo Puente Blanco, Hugo Jung, Vojslaw Arko, Carlos Sonntag y Carlo Bottazzi.
Buenas épocas!
"PARED NORTE DEL CERRO LÓPEZ"
En dos ocasiones, en el 73, subí esta pared, que se eleva frente a Bahía López.
La primera vez lo hice con la Escuela Juvenil de Montaña del Club Andino Bariloche. Nuestro guía fue Vojslaw Arko.
La segunda vez subí con Andrés Giron, amigo y compañero de colegio, que hoy, como médico, vive en EE.UU.
En las dos ocasiones dormí en la pared, en el primer balcón con árboles que se puede ver claramente desde abajo.
Para ascender, hay que subir hasta la parte más alta donde llega la vegetación en la base de la pared.
Ahí, hasta el balcón con árboles, la escalada es muy fácil.
La próxima parte de pared también es fácil, con excepción del llamado "paso de la Áncora". Este lugar no es difícil, pero hay que tener cuidado porque uno queda expuesto al vacío para alcanzar la llamada áncora, un agujero en la pared.
A partir de allí en adelante, la subida continua siendo un verdadero paseo.
Cuando se llega arriba, hay que cruzar el cerro para llegar al Refugio.
Recomiendo que cualquier excursión o escalada, antes de hacerla, sea comunicada al CAB y que se obtengan informaciones exactas sobre el trayecto. |
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